En la actualidad, algunas organizaciones están llevando la delantera de implementar programas que impulsan el desarrollo del liderazgo femenino en las empresas. Al implementar estas estrategias, se empodera a las mujeres para que adopten un enfoque más proactivo en su desarrollo profesional. Las anima a buscar activamente oportunidades para destacarse y las motiva a esforzarse en construir su marca personal mediante el marketing personal.
En este artículo analizaremos cuáles son las claves para fomentar los programas de desarrollo para las mujeres que quieren convertirse en líderes de empresas.
Liderazgo femenino: un camino que recién empieza
La realidad nos dice que no hay reglas especiales para cada género sobre cómo ejercer un buen liderazgo. Independientemente de si son hombres o mujeres, lo que las organizaciones y las personas quieren tener son buenos líderes,
Ahora bien, la pregunta es ¿debemos tratar de manera diferente a las mujeres para que puedan desarrollarse como líderes?
Aun en el siglo XXI seguimos viendo que las barreras al liderazgo femenino siguen en pie y todavía están lejos de derrumbarse. En la mayoría de las empresas, los altos cargos continúan siendo dominados por los hombres e inclusive, en muchos casos, es fácil que las mujeres sean visualizadas como potenciales directivas en algunos equipos.
Es cierto que las mujeres a menudo se destacan por su habilidad para ayudar a sus pares y colaboradores, así como por su capacidad para construir comunidades y relaciones sólidas dentro de las organizaciones. Sin embargo, a pesar de estas capacidades sociales, es común observar que carecen de la confianza necesaria para establecer redes hacia los altos mandos en la jerarquía o para fomentar relaciones que puedan traducirse en oportunidades de liderazgo.
Esta falta de confianza puede deberse a varios factores. En muchas ocasiones, las mujeres enfrentan barreras y estereotipos en el ámbito laboral, lo que puede afectar su autoestima y seguridad en sí mismas. Además, las estructuras tradicionales de poder en algunas organizaciones dificultan el acceso a oportunidades de liderazgo para las mujeres, lo que puede generar dudas sobre si serán bien recibidas o valoradas en roles de mayor responsabilidad.
El sexo masculino tiende a apropiarse de sus éxitos y usarlos como trampolines para avanzar en sus carreras; las mujeres están más predispuestas a compartir el crédito por sus logros que a ubicarse en el candelero, dejando así pasar las oportunidades que normalmente acompañan al éxito.
Mientras que pareciera que los hombres apuntan a buscar el liderazgo de manera automática ni bien entran en una empresa, las mujeres son más propensas a declinar las oportunidades de liderazgo; muchas veces por inseguridad o por el qué dirán.
6 claves para tener en cuenta a la hora de armar programas de desarrollo para mujeres
- Enfocarse en el cambio de modelo mental, no en las habilidades
El liderazgo es una elección consciente que requiere una dedicación y un propósito. Para las mujeres, esto implica reflexionar profundamente sobre su origen, sus posibilidades futuras y los obstáculos que les impiden avanzar. La mayor barrera suele ser el cambio de modelo mental necesario para progresar, más que las habilidades en sí mismas.
- Vincular el contenido con competencias de liderazgo significativas
Cualquier programa dirigido a mujeres debe aprender las competencias organizacionales necesarias para alcanzar el éxito en el futuro. Es crucial incluir contenido que refuerce la confianza de las mujeres en su conocimiento sobre temas de negocios, finanzas y estrategia.
- Desarrollar la resiliencia
Las mujeres a menudo se encuentran abrumadas por asumir demasiadas responsabilidades, delegar insuficientemente y creer que pueden lograr todo al mismo tiempo. Si a esto se suma la carga adicional de responsabilidades en el hogar, la situación se vuelve más compleja aún. Por eso, es importante generar un ambiente de obtención y diálogo estratégico sobre cómo establecer límites y decir “no” para proteger su salud mental y física.
- Contratar profesionales auténticos con experiencias similares:
Ya sea que el programa sea impartido por la empresa o un colaborador externo, los facilitadores deben ser personas en quienes los participantes puedan confiar, que hayan enfrentado desafíos similares y que puedan inspirar desde la autenticidad. Escuchar de primera mano cómo superaron obstáculos y lograron el éxito será de gran valor para las mujeres que buscan desarrollar su liderazgo.
- Afianzar el aprendizaje mediante coaching individual:
El coaching uno a uno es una inversión esencial para que las mujeres avancen hacia sus objetivos de liderazgo. También proporciona un apoyo concreto para los nuevos modelos mentales y comportamientos a medida que se van practicando.
- Promover una cadena de favores:
Muchas mujeres sienten el fuerte deseo y el deber de compartir las experiencias, habilidades y conexiones que han adquirido a través de los programas de desarrollo con otras personas. Asegúrense de ofrecer tiempo y mecanismos, ya sea de forma formal o informal, para que puedan compartir estos beneficios con toda la organización.
Conclusiones
Todos los líderes necesitan atravesar una etapa de autodescubrimiento para entender quienes son y qué buscar en su cargo directivo. Los programas de desarrollo deben focalizarse en las competencias de liderazgo necesarias para cumplir el rol. Esto no significa que las reglas sean diferentes para los hombres y las mujeres. Lo que sí se reconoce es que los desafíos deben abordarse para así ayudar a establecer una nueva generación de liderazgo femenino que, por su sola presencia, aliente a otras mujeres a seguir sus pasos.