La subrepresentación de las mujeres en todos los niveles del sistema financiero mundial plantea desafíos significativos para la igualdad de género en las finanzas. Sin embargo, un nuevo estudio del Fondo Monetario Internacional (FMI) revela que la inclusión de las mismas al mercado mundial no solo aborda la desigualdad de género, sino que también genera beneficios económicos y promueve la estabilidad del sistema bancario.
A continuación, analizaremos como una mayor participación de las mujeres en los servicios financieros y en los roles de liderazgo puede generar un impacto económico positivo en el crecimiento económico.
La igualdad de género en las finanzas
El estudio elaborado por el FMI concluye que una mayor inclusión de las mujeres como usuarias, proveedoras y reguladoras de servicios financieros, comportaría una serie de beneficios económicos y sociales de trascendencia.
Por un lado, fomentaría una mayor estabilidad del sistema bancario e impulsaría el crecimiento económico general. Por otro, contribuiría a mejorar la eficacia de la política monetaria y fiscal.
Según los datos que se desprenden de los resultados de una encuesta elaborada en este estudio—donde por primera vez se divulgan estos tipos de datos—, en el año 2016, en promedio, solo el 40% de quienes hacían uso de los servicios bancarios eran mujeres. Esta cifra variaba según la región y el país. En Brasil, por ejemplo, las mujeres representaban el 51% de los prestatarios, mientras que en Pakistán eran solo el 8%.
Cada vez más son los datos que demuestran que un aumento del acceso a los servicios financieros por parte del género femenino puede aportar grandes beneficios. En Kenia, por ejemplo, las mujeres líderes de negocios que abrieron una cuenta bancaria básica invirtieron más en sus negocios. En Nepal, los hogares donde se mantiene una línea matriarcal gastaron más en educación tras abrir una cuenta de ahorro.
¿Qué pasa cuando las mujeres ocupan puestos de liderazgo dentro de las instituciones financieras?
En estudios anteriores, desarrollados también por el FMI, se demostró que siguen existiendo considerables brechas de género entre la población masculina y la femenina en los puestos de liderazgo dentro de los bancos de todo el mundo.
Según el análisis, menos del 2% de los directores ejecutivos y menos del 20% de los miembros de las comisiones directivas eran mujeres. Como en los usuarios de servicios financieros, en este caso también la diferencia es considerable según la región. Los países del África subsahariana, por ejemplo, presentaban los índices más altos de ejecutivas bancarias mujeres, mientras que los más bajos se registraban en América Latina y el Caribe. Las economías de los estados más desarrollados se situaban en el medio.
¿Por qué decimos que la brecha de género en materia de liderazgo femenino sí puede hacer la diferencia en términos de estabilidad financiera?
Son cuatro las razones por las cuales una mayor participación de las mujeres en los directorios ejecutivos de los bancos podría contribuir a este crecimiento:
- Es posible que las mujeres gestionan el riesgo mejor que los hombres. Varios estudios han indicado que el género femenino tiende a tener un enfoque más cauteloso y analítico cuando se trata de gestionar el riesgo financiero.
- El uso de prácticas de contratación con sesgo de género podría significar que las pocas mujeres que logran llegar a la cima están mejor cualificadas o tienen más experiencia que sus compañeros masculinos. Al enfrentar mayores desafíos para acceder a puestos de alta responsabilidad, las mujeres a menudo deben demostrar un nivel excepcional de competencia y habilidades para avanzar en sus carreras.
- El aumento del número de mujeres que integran un directorio en los bancos contribuye a la diversidad de pensamiento, que a su vez permite tomar decisiones más acertadas. La multiplicidad de opiniones fomenta el debate, la consideración de diversas opciones y la generación de soluciones más creativas e innovadoras.
- Las instituciones que atraen a mujeres y las seleccionan para los puestos de mayor responsabilidad puede que, para empezar, están mejor gestionadas. Esto puede indicar una cultura empresarial más inclusiva y una gestión más efectiva en general.
Conclusión
A partir de los datos arrojados por ambos estudios elaborados por el FMI, se observa que un aumento de la estabilidad financiera puede generarse gracias al impacto económico positivo de impulsar la igualdad de género en las finanzas. Se espera seguir desarrollando más estudios que expliquen cómo lograr estos beneficios e identificar las condiciones que facilitan el acceso a las mujeres a puestos de liderazgo en el mundo financiero.