El liderazgo femenino: rompiendo barreras en los negocios

El mundo está siendo testigo de un creciente movimiento para promover el liderazgo femenino en las empresas. Sin embargo, según un informe reciente de McKinsey, las mujeres siguen todavía teniendo problemas para ocupar cargos directivos.

Entonces surge la siguiente pregunta: ¿el liderazgo necesita ser definido por un género? En este artículo veremos cuál es la respuesta y analizaremos cómo las mujeres están rompiendo barreras en los negocios. 

El liderazgo femenino: una cuestión de género

La respuesta es simple: el liderazgo no debe ser definido por una cuestión de género, ya que la capacidad de liderar no es femenina o masculina. Sin embargo, es esencial identificar los diferentes estilos de liderazgo que aportan las mujeres y los hombres, porque hay que reconocer que cambia según quién lo practique. 

Es de público conocimiento, y se visualiza en muchas empresas, que las organizaciones se vuelven más eficientes cuando un equipo directivo es diverso, incluyendo a más mujeres en los cargos, respetando la equidad salarial y promoviendo trayectorias profesionales sin sesgo de género.

La historia del liderazgo femenino

La historia del liderazgo y empoderamiento de la mujer es bastante larga y compleja, abarcando diferentes culturas y regiones en todo el mundo. Las mujeres siempre han desempeñado roles importantes en sus comunidades y han dejado un legado trascendental para la humanidad. Sin embargo, su acceso al poder siempre ha estado limitado por varias razones.

En la antigüedad, las mujeres ocupaban importantes posiciones de poder: eran sacerdotisas, oráculos y gobernantes. Ejemplos de esto son la reina Hatshepsut de Egipto, quien gobernó como faraón en el siglo XV a. C., y Wu Zetian, la única mujer que estuvo al mando de China por derecho propio durante la dinastía Tang.

A pesar de ello, a medida que las sociedades comenzaron a ser más patriarcales, el acceso de las mujeres a posiciones de liderazgo empezó a disminuir. 

Durante la Edad Media en Europa, fueron en gran medida excluidas de la vida pública y su rol solo se limitaba a ser esposa, madre y ama de casa. Tenían prohibido ser parte de cualquier actividad política y no tenían acceso a la educación u otros campos dominados por hombres. 

Con la llegada de los siglos XIX y XX, los movimientos de las mujeres por la igualdad de derechos y el sufragio ganaron impulso en muchas partes del mundo. La lucha por poder votar, el acceso a la educación y al empleo, y la posibilidad de ocupar cargos directivos; fueron los ejes que marcaron la época.  

En Estados Unidos, por ejemplo, el sufragio femenino se logró al ratificar la Enmienda 19 de la Constitución en 1920. Sin embargo, deberían pasar muchos años hasta que las mujeres pudieran ocupar posiciones de liderazgo político y empresarial. 

Con la segunda mitad del siglo XX, sucediendo a velocidad extrema, las mujeres intensificaron su lucha y consiguieron avances significativos. Las primeras líderes femeninas comenzaron a hacer su presencia en la política, la educación y los negocios. Margaret Thatcher y Angela Merkel, por ejemplo, emergieron como las figuras claves del siglo. 

Conclusión

En la actualidad, las mujeres continúan con su objetivo de posicionarse y ganar terreno en las áreas lideradas por hombres. Sin embargo, aún siguen subrepresentadas y las barreras por cuestiones de género es un tema recurrente en muchos espacios. 

La diversidad y la inclusión en los lugares de trabajo debe ser un tema prioritario de todas las empresas. Proporcionar a los empleados las herramientas y recursos necesarios es la clave del éxito en toda organización.

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